jueves, 26 de noviembre de 2015

                                              Mi abuela es una maga

         
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Si hay algo que disfruto es ir a la casa de mi abuela Carmen. Además de contarme  historias de cuando era  pequeña, me hace unas comidas deliciosas y todo casero, como antes. También sabe trucos para  limpiar todo tipo de objetos y lo que es aún mejor, sabe hacer remedios caseros. Por eso yo le digo que es una maga o mejor aún, una alquimista.

Es que mi abuela, cuando era pequeña,  en la década de 1940, vivía en un pueblo de campaña conocido con el nombre de Piñera. No tenían luz eléctrica en ese tiempo, tampoco había supermercados  ni  tiendas y la farmacia más cercana quedaba en la ciudad de Guichón a unos 15  kilómetros de distancia. Pero se las arreglaban bien  me dice siempre, porque con imaginación y sabiduría, suplían cualquier carencia y escasez.

 La abuela me ha contado que, para cubrir las necesidades de las familias se recurría a los “correos de campaña”, que eran personas que una o dos  veces por semana iban a la ciudad y traían en su carro los diversos productos que cada familia necesitaba. El carro se llenaba con bolsas de azúcar, barricas de yerba, latas de aceite, bolsas de fideos, latas con productos para elaborar jabón casero y velas, entre otros tantos productos más.
La madre de mi abuela, mi bisabuela, lavaba ropa para afuera, por lo que en su casa se utilizaba mucho jabón. Cada pocos días había que proceder a fabricarlo; mi abuela y sus hermanos ayudaban en la tarea. Me ha contado que había que tener mucho cuidado, porque para hacer jabón se utiliza soda cáustica que es muy corrosiva y puede provocarnos daños severos si no tomamos las precauciones necesarias.
Este  jabón casero  se usaba solo para lavar la ropa y también la vajilla. El “jabón de olor” se compraba y era un artículo de lujo, únicamente se empleaba para lavarse la cara y para bañarse. ¡Cómo han cambiado los tiempos!
Un capítulo aparte merecen los remedios caseros; la abuela tiene para cada mal un remedio. Una de las cosas que siempre recuerda es que de pequeña cuando se resfriaba, su madre hervía agua en una olla grande, le agregaba hojas de eucaliptus fresco y con eso le hacía vahos para aliviarle la congestión nasal.—¡Cómo me aliviaba! ¡Y qué delicioso el olor a eucaliptus!—me comenta cuando lo recuerda.
La quinta que había en casa de sus padres ocupa un lugar privilegiado en la memoria de la abuela.
 – ¡Había de todo!... además de lechugas, acelgas, perejil y otras tantas verduras, teníamos árboles frutales y también flores, cuyo perfume lo invadía todo, especialmente en primavera—recuerda a menudo.


Ahora, ya conoces algo sobre mi abuela Carmen, pero aún queda mucho más por conocer sobre ella, sus comidas, sus trucos y sus remedios caseros. Pero a medida en que vayas conociendo a la abuela y sus preparados, irás aprendiendo que todo, o casi todo, se puede explicar con la Química. Pero además,  aprenderemos y haremos  otras cosas que la abuela no sabe hacer, como pasta de dientes  y enjuague bucal. Tal vez, quien te dice, superemos a la abuela y cuando seamos viejitos también podamos contarles a nuestros nietos o vecinos todo lo que  aprendimos a hacer cuando éramos jóvenes.                          
Jabón de romero
 
Jabones de cardamomo


jueves, 29 de octubre de 2015

Este año hicimos jabones artesanales como hacían las abuelas con 3º año del liceo 30. Luego los vendimos en la Feria liceal y fue todo un éxito!
Aquí unas fotos sobre la preparación.


lunes, 25 de junio de 2012

Vivimos en un planeta de recursos finitos.

Vivimos en un planeta de recursos finitos como si estos fueran infinitos
 Parece que no nos damos cuenta de que estamos haciendo  un uso indiscriminado y a un ritmo acelerado de recursos naturales no renovables como el petróleo, minerales, bosques, reservas de agua, etc.,  cuya formación ha llevado miles de años. Si seguimos por este camino es evidente que a corto plazo empezará a haber escasez de estos recursos y si no hacemos algo urgente, puede que desgraciadamente se torne algo irreversible.
Todo está muy relacionado con un  sistema económico que promueve el consumo desmedido de bienes materiales, cuya producción requiere  el uso de recursos naturales, tanto materias primas como recursos necesarios  para la generación de energía que se requiere en cualquier proceso de producción. Por mencionar tan sólo uno de los innumerables ejemplos, citemos el caso de los plásticos que han inundado el mercado. Los plásticos se obtienen a partir de derivados del petróleo. Además, en la fabricación de artículos de plásticos al igual que en la fabricación de cualquier artículo se utiliza energía, cuya generación supone el uso de recursos naturales (petróleo, carbón, gas natural, uranio, etc.).
 Muchas personas asocian directamente status y felicidad con la adquisición de bienes materiales y  al hecho de tener cuántas más cosas mejor.
Los medios de comunicación nos alientan en forma permanente  al consumo de bienes materiales. Los gobiernos en general también lo promueven pues entienden que es la forma de mantener el sistema económico funcionando, es decir más consumo genera más trabajo (comercios, fábricas, etc.), de este modo la gente tiene dinero para gastar y así puede adquirir bienes materiales., creando un círculo vicioso en el cual los únicos beneficiados hablando en términos monetarios son unos pocos y el principal perjudicado es el planeta y todos los seres que en él habitamos.
Vivimos en un planeta de recursos finitos y con una población que crece casi de modo exponencial. De seguir este ritmo, la supervivencia de las  futuras generaciones se va a ver seriamente comprometida.
La mayoría de las personas no son conscientes de que en sus manos está el poder de cambiar el futuro de la raza humana. Pequeños cambios en las actividades y costumbres diarias pueden contribuir grandemente a la sostenibilidad de nuestro planeta y con ello al logro de una forma de vida digna para todos los que lo habitamos.
¿Qué podemos hacer? ¿De qué forma cada uno de nosotros puede contribuir?
Se requiere un cambio profundo en el modo de ver el mundo. No debemos confundir la felicidad con la posesión de bienes materiales. Tener las necesidades básicas satisfechas y algunas otras que contribuyan a nuestro desarrollo como personas está fuera de discusión y es un derecho de cualquier ser humano desde el momento de su nacimiento por el sólo hecho de su condición. Pero debemos repensar el modo en que satisfacemos nuestras necesidades, la cantidad de objetos materiales que compramos y que a veces ni siquiera usamos o lo hacemos durante un breve lapso de tiempo. Basta pensar en la cantidad de basura tecnológica que se está generando en el mundo en los últimos años por el uso y recambio de teléfonos celulares y computadoras, por citar sólo algunos ejemplos.
Debemos convertirnos en consumidores responsables, lo que implica plantearnos una serie de cuestiones a la hora de adquirir un producto o un servicio.
¿Qué implica ser un consumidor responsable?
  • Implica elegir los productos que vamos a comprar no sólo atendiendo a su calidad y precio, sino también valorando su impacto ambiental y social además de informarnos sobre la conducta de las empresas que los producen. Debemos saber qué tan responsables son dichas empresas con el medio ambiente, cuál es el trato  hacia sus empleados, qué medidas promueven para mitigar el impacto ambiental de sus productos.
  • Es necesario desterrar la cultura de comprar y tirar. Se debe procurar reutilizar y reciclar.
  • Es aconsejable el uso moderado del automóvil privado, sobre todo cuando se usa para transportar una sola persona. El uso del transporte público es lo más apropiado si pensamos en la economía de los recursos y en disminuir la contaminación ambiental  Se debe tener presente que la escasez mundial de recursos energéticos es ya una realidad, y el transporte tiene un costo elevado para el medio ambiente.
  • Se ha de cuidar la electricidad, no dejando lámparas ni artefactos eléctricos encendidos que no se estén utilizando. Debe recordarse que entre las formas más utilizadas a nivel mundial para  generar electricidad se encuentran las centrales térmicas de combustible fósil en las cuales se genera electricidad a partir de la combustión de gas, fuel oil o carbón.
  • A la hora de comprar deberían elegirse productos locales, lo que supone  ahorro de transporte y por consiguiente economía de combustibles y menor contaminación.
  •  Se deben priorizar la necesidades, no comprar todo lo que se nos ofrece, teniendo siempre presente que gastar más y tener más cosas no equivale a una vida más rica.

 

lunes, 16 de abril de 2012

La Mecánica cuántica. Una aproximación al tema.

Tratándose de un tema apasionante pero al mismo tiempo complejo, que exige un nivel de abstracción muy grande, considero importante antes de iniciar el estudio de la mecánica cuántica, realizar una breve introducción que facilite, a quienes van a iniciar su estudio, una primera aproximación al tema

En primer lugar, en lo que respecta a la mecánica cuántica se puede decir que se trata de  una teoría que se fue gestando entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, gracias a las contribuciones de muchos científicos de renombre como Planck, Einstein, De Broglie , Heisenberg, entre otros. Ha de reconocerse que la mecánica cuántica cambió radicalmente la manera en que concebimos los fenómenos que ocurren a escala muy pequeña, es decir lo que tiene que ver con el mundo atómico y subatómico.

Uno de los aspectos más importantes tiene que ver con que en el mundo cuántico cambian drásticamente las nociones de trayectoria y energía que manejamos a diario a escala macroscópica.
“Hoy sabemos que el modelo newtoniano es sólo válido para objetos compuestos por un  elevado número de átomos y sólo para  velocidades muy pequeñas comparadas con la velocidad de la luz. Cuando no se da  la primera condición, la mecánica clásica ha de ser sustituida por la teoría cuántica; cuando no se satisface la segunda condición, ha de aplicarse la  teoría de la relatividad. Ello no significa que el modelo de Newton esté equivocado, o que la  teoría cuántica y la teoría de la relatividad tengan razón. Todos estos modelos son aproximaciones, válidas sólo para una cierta gama de fenómenos. Más allá de esa gama, su descripción de la naturaleza ya no es satisfactoria y se hace necesario  hallar nuevos  modelos que sustituyan a los viejos, o mejor, que los amplíen, incrementando la aproximación.”[1

 Otro de los aspectos  importantes a tener en cuenta es el tema de la limitación del lenguaje que utilizamos para explicar y comunicar los conceptos vinculados a este tema. El hecho de que todas las teorías y modelos científicos son aproximados y de que sus interpretaciones verbales son siempre inadecuadas debido a  la inexactitud de nuestro lenguaje fue ya aceptado por los científicos a comienzo del siglo XX, cuando tuvo lugar una nueva e inesperada evolución de la  ciencia. El estudio del mundo atómico obligó a los físicos a admitir que  nuestro lenguaje común no sólo es impreciso, sino totalmente inadecuado para describir las realidades atómica y subatómica. La teoría cuántica y la teoría de la relatividad, bases ambas de la física moderna, han puesto de  manifiesto que esta realidad trasciende la lógica clásica y que  no se puede hablar de ella en el idioma corriente.”[2]






[1]  Fritjof Capra, “El Tao de la Física”
[2] Fritjof Capra, “El Tao de la Física”