La Mecánica Cuántica resulta tanto para los grandes como para los más jóvenes una teoría difícil de comprender. Y es lógico que así sea pues, como lo expresa el físico Premio Nobel León Lederman en su libro "La Partícula Divina", la Mecánica Cuántica va contra la intuición.
Gráfico realizado por Fernando Rodríguez
La gran revolución científica que se conoce con el nombre de Teoría Cuántica, se ve coronada en 1927 cuando Heisenberg concibe sus relaciones de incertidumbre. El camino ya lo habían iniciado Bohr con su "vieja teoría cuántica"en 1913 y posteriormente Louis-Víctor De Broglie quien, en 1924 aportaba una pista decisiva que llevaría a que en los próximos 3 años tuviera lugar una concepción totalmente nueva de la realidad del micromundo.
Pero la Teoría Cuántica no se completó hasta el final de los años 40 y en realidad hoy día sigue evolucionando en su versión conocida como Teoría cuántica de campos.
El libro "El Campo" cuya autora es Lynne Mctaggart contiene algunos pasajes que, por la forma en que están escritos pueden ayudar a comprender un poco más algunos aspectos de esta compleja teoría.
"La materia, en su nivel más fundamental, no puede ser dividida en unidades con existencia independiente, o incluso que puedan ser descritas plenamente. Las partículas subatómicas no son pequeños objetos sólidos como bolas de billar, sino paquetes de energía vibrantes e indeterminados que no pueden ser cuantificados con precisión o comprendidos en sí mismos.
...a veces se comportan como partículas-una cosa fija confinada en un pequeño espacio- y otras veces como ondas-una cosa vibrantey más difusa que se extiende sobre una amplia región del espacio y del tiempo- y en ocasiones como onda y partícula simultáneamente.
Además, las partículas cuánticas están omnipresentes. Por ejemplo, cuando se pasan de un estado energético a otro, los electrones parecen probar todas las regiones posibles a la vez, como un comprador que tratara de vivir en todas las casas del bloque en el mismo instante antes de instalarse definitivamente en una de ellas. Y nada es seguro. No hay situaciones definidas, tan sólo probabilidades de que un electrón, digamos, pueda estar en un lugar dado...A este nivel de la realidad no hay nada garantizado; los científicos tienen que contentarse con apostar a favor de algunas de estas posibilidades. Lo más que puede calcularse son probabilidades: la probabilidad, una vez realizada cierta medición, de que se conseguirá cierto resultado en cierta medida de tiempo. Las relaciones causa-efecto no se sostienen a nivel subatómico. Los átomos de apariencia estable pueden, repentinamente, sin causa aparente, experimentar cierta alteración interna. Sin razón aparente, los electrones eligen pasar de una estado energético a otro. Cuando observas la materia más de cerca, ni siquiera encuentras materia, nada sólido que se pueda tocar o describir...
...Los físicos cuánticos descubrieron una extraña propiedad del mundo subatómico llamada "no- localización". Esto hace referencia a la capacidad de una entidad cuántica, como un electrón individual, de influir instantáneamente en cualquier otra partícula cuántica a cualquier distancia y a pesar de que no se produzca ningún intercambio de fuerza o energía...
...La no-localización hizo añicos los cimientos mismos de la física. La materia ya no podía considerarse separada. Las acciones ya no habían de tener una causa observable en un espacio observable.
... Las partículas subatómicas no tienen sentido en aislamiento, y sólo pueden ser comprendidas en sus relaciones. El mundo, en lo más básico, existe como una compleja trama de relaciones interdependientes, eternamente indivisibles."
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